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La Gran Renuncia: un fenómeno a gran escala

Actualizado: 6 oct

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Millones de personas en todo el mundo han abandonado sus empleos voluntariamente durante los últimos años. El fenómeno – originado en los EE.UU. y bautizado como “The Great Resignation” (La Gran Renuncia).


Desde entonces, expertos, empresarios y medios de comunicación no han dejado de debatir sobre las causas y las futuras consecuencias de esta renuncia masiva. Aunque, por el momento, lo más claro que tenemos entre manos son las cifras, que son demoledoras y están batiendo todos los récords.


Como suele ocurrir con todas las tendencias económicas surgidas en Norteamérica, los efectos de esta ola ya se han empezado a notar en otras partes del mundo. Aunque con una incidencia menor y con particularidades importantes en cada caso, datos oficiales y estudios indican que estamos ante una tendencia global: cada vez más, las personas se están replanteando cómo quieren vivir y trabajar.


Las cifras en el mundo

En EE.UU. el número de ofertas de trabajo alcanzó un máximo histórico rozando los 11 millones de vacantes, en un mercado con solo 6 millones de personas desempleadas. Es decir, casi dos empleos disponibles por cada desempleado. En el Reino Unido, una encuesta reciente apunta que el 48% de los hombres y el 45% de las mujeres tienen la intención de renunciar a su trabajo durante el próximo año y el país registró un máximo histórico de un millón de puestos vacantes. En Alemania, más de un tercio de las compañías declaran una escasez de trabajadores calificados. En Países Bajos, otro estudio señala que el 46% de los empleados planean dejar su trabajo en los próximos seis meses. En Francia, el número de dimisiones creció en un 9%. En México, por ejemplo, con tasas de desempleo más altas, todavía no crecen las bajas voluntarias, pero sí ha aumentado la población inactiva.


En los últimos meses, movimientos sociales como “Lying Flat” o “Worker Lives Matter” están evidenciando en China el descontento provocado por la cultura de trabajo “996”, que implica jornadas de 9h a 21h seis días a la semana. En Australia, aumentó un 26% en el número de trabajadores que cambiaron de empresa y también se han registrado cifras récord de vacantes laborales.


A nivel global, Microsoft ha lanzado una amplia encuesta a más de 30.000 personas para intentar dibujar un panorama más homogéneo. El estudio refleja una fuerza de trabajo desarticulada y desmotivada, donde el 46% se plantea cambiar de profesión o dejar su puesto en el próximo año.


Los expertos auguran que, si la economía sigue creciendo y el empleo reactivándose, este fenómeno se extenderá como la pólvora en los países desarrollados. Con esta especie de revolución individualizada, el mundo está re-evaluando no solo cómo deben ser los puestos de trabajo a partir de ahora, sino qué relación queremos tener con el trabajo.


Se estima que sustituir a un empleado supone para la empresa un coste equivalente al 122% del sueldo anual de dicho trabajador. Así que, aunque solo sea por una cuestión puramente financiera, como líder te interesa evitar que la riada inunde también tu oficina. ¿Cómo? Comprendiendo bien las causas de esta tendencia y respondiendo a lo que tus empleados necesitan para sentirse satisfechos en sus trabajos.


Quién está protagonizando la Gran Renuncia y por qué

A primera vista, puede parecer una situación dramática, pero la gente no está sencillamente renunciando a su empleo para no hacer nada. Aunque también hay muchas prejubilaciones en marcha, la realidad es que gran parte de estos movimientos son rotaciones de profesionales que están reconfigurando sus trayectorias para optar a posiciones mejores, reorientar sus carreras o lanzar sus propios proyectos.


Y está sucediendo en todo tipo de sectores: hostelería, ocio, salud, transporte, logística, belleza, administración, tecnología, servicio al cliente, retail, venta online, entretenimiento, construcción, industria, educación. Parece que ninguno se salva.


Sea como sea, un primer motivo está claro: la gente quiere salarios más altos, en determinados sectores tradicionalmente peor pagados las ofertas de empleo han crecido por encima de la demanda, así que los trabajadores no tienen nada que perder: pueden dejar su empleo con todas las garantías de encontrar otro mejor pagado.


Contrariamente a lo que se suele creer, la rotación de empleos en los años 60 y 70 era alta. Pero, a partir de los 80, las cosas empezaron a cambiar: los sueldos se estancaron, la seguridad laboral se hizo más precaria y se dispararon los precios de la vivienda y la educación, reduciendo las posibilidades de construir una vida financieramente estable. Los americanos parecen haber perdido la paciencia y el mercado de momento les está premiando: los salarios de los trabajadores con bajos ingresos están aumentando a su ritmo más rápido desde la Gran Recesión.


Un segundo factor determinante es que, emocionalmente tocados por el mundo actual, especialmente aquellos empleados con más recursos se están replanteando su vida de arriba a abajo. Qué objetivos tienen, cómo y dónde quieren vivir, qué impacto tiene su trabajo en la sociedad, cómo pueden conciliar mejor, qué valores son fundamentales, etc.


Y en esta reflexión, tras meses de presión, angustia y estrés, muchos se han dado cuenta de que sencillamente pueden tomarse un tiempo lejos de la oficina para pensar, buscar y esperar encontrar un empleo más alineado con sus inquietudes.


A esto cabe sumar que, con el agotamiento causado por la crisis del coronavirus algo cambió en las mentes de muchas personas, sobre todo de las nuevas generaciones. Muchos empleados se resisten a volver a la oficina o tienen que cuidar a niños o a personas mayores, así que las empresas que más presionen a sus equipos con la presencialidad tienen un mayor riesgo de acelerar las rotaciones.


Finalmente, otra circunstancia que está dando forma a esta gran deserción es que en los últimos meses, en multitud de industrias, la fricción física para cambiar de empleo ha desaparecido. La tecnología y el auge del trabajo en remoto han puesto al alcance de millones de profesionales empleos en todo el mundo que hasta ahora eran inaccesibles por cuestiones de movilidad. Literalmente, uno puede irse de una compañía un viernes y recibir en su casa el lunes por la mañana el ordenador de su nueva empresa.


¿Habías escuchado de ésta reciente tendencia? ¿En tu trabajo se ha notado este efecto?

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