La felicidad es lo que somos y hacemos
- Raúl Alvarado

- 15 jun 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 28 feb

El hombre es el único animal que se preocupa por lo que ya pasó y por lo que no ha pasado, en vez de vivir cada momento del presente. Su búsqueda de la felicidad está marcada por su condicionamiento a lo que llegará: "cuando tenga el carro, cuando tenga la casa, cuando me case, etc. voy a ser feliz", solo deseos y pasión por cosas materiales, muchas de ellas que provienen de lo que se desea más que de lo que se tiene.
Nadie nace feliz o infeliz, no se conoce un gen de la felicidad. Esta no se hereda, hay que ganársela a través de la vida.
La pretensión de lograr la felicidad (una especie de bienestar subjetivo), aunque algunas personas ya se sienten así, porque su interior, sus logros y su vida lo hacen experimentar esto, para la mayoría de los seres humanos es algo complejo. La felicidad no es un destino, sino más bien una actitud con la que se viaja en la vida.
En términos holísticos, la felicidad sería estar viviendo en paz, desde el punto de vista psicológico, con nosotros mismos, con lo que tenemos, con buenas relaciones familiares y personales, con todas las personas del medio donde convivimos y nos desempeñamos y, por supuesto, tener una buena salud física; sin embargo, no es una definición completa, ya que algunas personas valientes que atraviesan grandes obstáculos, dicen sentirse felices de vivir a pesar de sus problemas.
Lo que podría ayudarnos a entender la palabra “felicidad” tal vez sería aceptarla como el disfrute de un estado de optimismo ante la vida, es decir, debido a las razones expresadas, esta parece ser un estado emocional en el cual participa nuestra mente.
El entorno no nos ayuda, pero podemos hacer por mejorar al menos nuestro entorno. ¿Cómo lograrlo?
No es millonario quien más tiene, sino quien menos necesita.
La experiencia mundial es que la situación económica, en especial la extrema, es un obstáculo muy grande para lograr ser feliz o tener bienestar, debido a que impide incluso alimentarse y educarse medianamente, tener ropa sencilla, un techo decente, educarse y tener un trabajo. Lo anterior suele ser motivo de angustia y enojo, sobre todo si hay personas que dependen de nosotros, y por ello a veces se utiliza la violencia, el engaño o el abuso para lograr satisfacer esas necesidades, debemos buscar la coherencia entre la honestidad (lo que hago y lo que digo) y la integridad (lo que soy, lo que pienso).
El mayor resultado de la educación, es la tolerancia.
Debemos concientizar cada vez a más personas a través del ejemplo, para que, ante problemas con otras, empleemos el diálogo y la tolerancia, como forma para resolver las dificultades, permitiendo así que la razón impere sobre la pasión, evitando la tensión emocional tan frecuente en la sociedad moderna.
Si la balanza de la vida no está equilibrada, al final se rompe.
La generosidad se encuentra a medio camino entre el derroche y la avaricia; el valor, entre la cobardía y la temeridad; el respeto, entre la vanidad y el desprecio; la modestia, entre la timidez y el descaro; la salud, entre el movimiento y el sedentarismo. El objetivo es siempre alcanzar un equilibrio, que es el que en definitiva conduce a la felicidad. Con esto se pretende que los seres humanos logren un equilibrio emocional y físico, para liberar al individuo de las enfermedades que el estrés agrava.
Finalmente, debemos ser partícipes más activos en el entorno donde vivimos y trabajamos para que las personas logren alcanzar la felicidad, iniciando por algo básico como ser mas amables y ser buenas y mejores personas, porque solo una buena persona, puede lograr ser un buen profesional, un buen ciudadano, un buen padre o madre de familia, un buen amigo, una buena pareja, un buen político, un buen líder, etc. sin olvidar jamás que la felicidad no puede llegarnos sobre la infelicidad de otros.
Por eso se dice y parece ser cierto, que uno es más feliz en dar que en recibir.




Comentarios