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Generación Z: la que vivirá peor y vivirá menos que sus padres

Actualizado: 28 feb

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Trabajo para toda la vida. Independizarse a los 20 años. Comprar una casa en menos de diez. Los baby boomers –que ahora tienen entre 60 y 78 años– han vivido un contexto educativo, económico y social muy diferente al de sus hijos. Y generación tras generación: generación X, millennials (Y) y centennials (Z) la situación va complicándose, aún cuando pensaríamos que debería ser al revés al contar con un sinnúmero de avances en diferentes ámbitos como tecnología, medicina y muchos otros que años atrás no existían.


Las brechas que se presentan en la actualidad distan mucho de la fotografía de hace varias décadas, lo que ha popularizado la frase de “la generación que vivirá peor y vivirá menos que sus padres”. Muchas son las variables que afectan a esta situación: educación, empleo, precios, ideologías, hábitos, alimentación, y un largo etc.


Las enfermedades crónicas están avanzando de manera exponencial” como consecuencia de malos hábitos tanto en niños como en adultos, algo que nos llevará a que “nuestros hijos sean la primera generación que vivirá menos que sus padres”.


Los miembros de la Generación Z podrían vivir entre 10 y 20 años menos que sus padres, debido a problemas de corazón y respiración, una de las causas primordiales será el sedentarismo y el estrés en una generación que se le caracteriza por vivir inmersa en la sociedad "conectada" de Internet y la "inmediatez" del consumo digital.


La generación Z, es también conocida como "centennials", es el grupo de personas nacidas a partir de 1997. Se caracterizan por ser los nativos digitales.


La obesidad infantil y la diabetes son factores de riesgo que pueden adelantar enfermedades como el cáncer y las cardiovasculares. El tabaco, el alcohol y una alimentación inadecuada son factores de riesgo importantes.


La salud es un asunto central para cualquier persona, incluso si no le da la importancia que merece. Desde lo que comemos, en lo que trabajamos o a qué dedicamos nuestro tiempo libre, prácticamente todo lo que hacemos condiciona nuestras vidas y determina nuestro futuro.


La rutina saludable es la clave para mejorar la calidad de vida, siendo la alimentación, el descanso y la actividad física diaria el pilar fundamental para mantener bajo control los tres factores clave que pueden poner en la que nuestra salud: la inflamación crónica, los niveles de estrés y los picos de glucosa.


México, primer lugar a nivel mundial en obesidad infantil y segundo en adultos

El sobrepeso y la obesidad en México son un problema que se presenta desde la primera infancia, es decir, entre 0 y 5 años. Al menos 1 de cada 20 niños y niñas menores de 5 años padece obesidad, lo que favorece el sobrepeso durante el resto de su vida y los pone en riesgo de sufrir enfermedades circulatorias, del corazón y de los riñones, diabetes, entre otras.


También lo han hecho los factores biológicos de riesgo: aumento de la presión arterial, del colesterol, de la glucosa en la sangre y un alto índice de masa corporal (una medida calculada en función de la estatura y el peso de la persona).


Las causas principales de la obesidad y el sobrepeso son el consumo de alimentos procesados con altos niveles de azúcar, grasas trans y sal, así como de bebidas azucaradas que son muy fáciles de adquirir por su amplia distribución, bajo costo y su promoción en medios masivos. La cantidad de actividad física que realizan los niños, niñas y adolescentes también ha disminuido y es un factor que amplifica el problema.


Más del 95% de los casos de obesidad infantil se deben a dietas con alto valor calórico y a baja actividad física, por lo que el sobrepeso y la obesidad pueden prevenirse en la mayoría de las niñas y niños mejorando sus hábitos de nutrición y salud, y promoviendo una mayor actividad física.


Según los datos de la OMS, seis de cada 10 muertes que ocurren a diario en el mundo se deben a enfermedades que no se contagian, que pueden prevenirse y para algunas de las cuales existen tratamientos económicos y que podrían evitarse con medidas de prevención adecuadas.


En total, 35 millones de personas fallecen cada año por esas patologías, que incluyen problemas del corazón, derrames cerebrales, diabetes, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y desórdenes mentales. Nuestros hijos serán la primera generación que tendrá que afrontar estos problemas de salud a edades muy tempranas y los costos sanitarios se dispararán dramáticamente.


Estos cambios generacionales responden a "fuerzas globales que están empeorando las condiciones de salud en todo el mundo", como las sociedades que envejecen, la rápida y caótica urbanización y la "globalización" de estilos de vida insanos.


El mensaje es claro: "Nuestros hijos serán la primera generación que vivirá menos que sus padres". La causa no es otra que la obesidad infantil, una epidemia global que romperá una tendencia al reducir la esperanza de vida. Sus implicaciones sanitarias, sociales y económicas serán profundas.


Es una visión realista. Las evidencias demuestran que casi todas las naciones están produciendo una generación de jóvenes que van a vivir menos que sus padres. Si gusta o no es irrelevante. Lo que importa es qué vamos a hacer y ese debate es clave.


Debemos fomentar la ciencia del envejecimiento. La mayor parte del dinero que gastamos hoy está centrado en enfermedades específicas y tenemos que ser cautos porque este es un modelo médico muy viejo. Atacar sólo las enfermedades cuando éstas se van presentando, cuando se trata de atacar al origen para ponerles solución.













 
 
 

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